¿Conoces los quistes en la medula espinal y el cerebro? (aranoideos)


Los quistes aracnoideos son bolsas llenas de líquido cefalorraquídeo que se localizan entre el cerebro o la médula espinal y la membrana aracnoidea, una de las tres membranas que cubren el cerebro y la médula espinal.  Los quistes aracnoideos primarios están presentes al momento de nacer y son el resultado de anomalías del desarrollo del cerebro y la médula espinal ocurridas durante las primeras semanas de gestación. Los quistes aracnoideos secundarios no son tan comunes como los quistes primarios y se desarrollan como resultado de una lesión cerebral, meningitis o tumores, así como por complicaciones de la neurocirugía. La mayoría de los quistes aracnoideos se forman por fuera del lóbulo temporal del cerebro, en una zona del cráneo conocida como la fosa craneana media. Los quistes aracnoideos que involucran la médula espinal son raros. La ubicación y tamaño del quiste determinan los síntomas así como cuando empiezan a manifestarse. La mayoría de las personas con quistes aracnoideos desarrollan síntomas antes de los 20 años y especialmente durante el primer año de edad, pero algunos nunca presentan síntomas. Los hombres tienen cuatro veces más posibilidades de tener quistes aracnoideos que las mujeres.

Los síntomas típicos de un quiste aracnoideo alrededor del cerebro incluyen cefalea, náusea y vómito, convulsiones, alteraciones auditivas y visuales, vértigo y problemas con el equilibrio y la marcha. Los quistes aracnoideos alrededor de la médula espinal comprimen la médula o las raíces nerviosas y ocasionan síntomas como dolores progresivos en la espalda y las piernas u hormigueo o adormecimiento en las piernas o en los brazos. El diagnóstico por lo general requiere un monitoreo del cerebro con imágenes por resonancia magnética (IRM) potenciada en difusión, lo cual ayuda a distinguir los quistes aracnoideos llenos de líquido de otro tipo de quistes.
Se ha debatido mucho sobre la forma de tratar los quistes aracnoideos. La necesidad de tratamiento depende en gran medida de la ubicación y tamaño del quiste. Si el quiste es pequeño, no está perturbando el tejido vecino y no ocasiona síntomas, algunos médicos prefieren no tratarlo. En el pasado, se colocaban derivaciones en el quiste para drenar el líquido. Actualmente, con las técnicas de microneurocirugía y las herramientas endoscópicas que permiten realizar cirugías mínimamente invasivas, más y más médicos están optando por quirúrgicamente retirar las membranas del quiste o abrirlo para que el líquido pueda drenar dentro del líquido cefalorraquídeo y ser absorbido.
Los quistes aracnoideos sin tratar pueden causar un grave daño neurológico permanente cuando su expansión progresiva o la hemorragia lesionan el cerebro o la médula espinal. Los síntomas por lo general desaparecen o mejoran con el tratamiento.
El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés) lleva a cabo investigaciones relacionadas con las anomalías cerebrales y los trastornos del sistema nervioso, como los quistes aracnoideos en los laboratorios de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) y además apoya investigaciones adicionales por medio de subvenciones a instituciones médicas en todo el país. Gran parte de estas investigaciones se concentran en encontrar mejores maneras de prevenir, tratar y, en última instancia, curar los trastornos neurológicos como los quistes aracnoideos.