Cuando uno lee o ve este tipo de cosas, lo primero que pasa es que nuestra curiosidad inunda nuestro cerebro, luego de esto nos ponemos a pensar en todas las cosas que serían posibles si esto fuera cierto. Permitanme decirles estimados lectores que el caso no es para menos.
Recientemente un equipo de científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets logró implantar recuerdos falsos en el cerebro de un ratón de laboratorio. El mismo acepto el recuerdo como si fuera suyo y actuó en consecuencia de él.
El falso recuerdo consistía en que en una zona de la habitación, el ratón había recibido descargas eléctricas en los pies. Debe quedar claro que esto nunca pasó, es un recuerdo inventado por laboratorio e implantado en un animal. Cuando se movía al ratón a la zona donde creía que antes recibió una descarga, se quedó inmóvil, una respuesta típica de estos ratones ante un temor, según cuenta Popsci.
Nuestros amigos de FayerWayer nos explican cómo lograron los científicos ingresar ese recuerdo falso en la mente del ratoncito.
Pusieron al ratón en una caja en el que las características eran únicas, con una forma, un olor y una iluminación particular en la que no pasaba nada. A esta caja la llamaron “Contexto A”. Después, movieron el ratón a otra caja donde de nuevo las condiciones eran diferentes, el tamaño y forma, el olor y la iluminación eran diferentes, pero la principal diferencia era que esta caja daba a descargas eléctricas a este ratón. Mientras estaba en este “Contexto B”, al ratón se le estimulaba mediante láser las células asociadas al “Contexto A”, creando así el falso recuerdo de que en esta primera caja el suelo estaba electrificado.
Nunca recibieron descargas en la primera caja, el ratón sabe que es diferente, pero tiene el recuerdo de que ahí mientras caminaba estaba recibiendo descargas eléctricas, algo así como una suma de lugar en “Contexto A” + sensación de electricidad en “Contexto B” = electrificarse en “Contexto A”.