Porque se comenten errores, como pensar que una vez la relación ha adquirido cierta solidez o cierto tiempo, ya se es dueño de la otra persona.
Porque el hombre se aburre de la mujer cuando ésta se vuelve una cantaleta y la vida en el hogar se convierte en un infierno.
Porque la mujer se aburre del hombre cuando éste la mira como el reemplazo de su madre, la niñera de sus hijos, la cocinera, la lavandera y el ama de llaves; y para completar la quiere dispuesta en la cama y colaborando económicamente igual que él.
Porque al conocerse se muestran falsos comportamientos, como tolerancias excesivas y verdades a medias.
Porque cuando hay problemas generalmente ninguno quiere dar el brazo a torcer.
Porque al principio de la relación nos preocupamos por mostrarnos bellos, interesantes y adecuados, escondiendo los aspectos no tan agradables de nosotros.
Porque a las parejas les da miedo desinhibirse en la intimidad, expresar lo que les gusta, por temor a lo que piense el otro; y llegan sin embargo a buscar cumplir fantasías sexuales con terceras personas.
Porque no se respetan los espacios, ni se respeta la individualidad profesional y personal del otro.
Porque las parejas se apegan y en su inseguridad sufren y hacen sufrir al otro con sus celos. Esto normalmente es señal de una inseguridad y falta de comunicación enorme.
Porque se dejan de expresar las cosas que gustan del otro, asumiendo que las sabe.
Porque se cree que la otra persona viene a nuestra vida a hacernos felices y que todo será un jardín de rosas; cuando lo cierto es que en toda relación hay desavenencias y disgustos.
Porque se asume que la pareja tiene que actuar, sentir y pensar como el otro, robándose su propia identidad y personalidad.
Porque uno le da poder al otro para dañarlo, cuando decide dejar que le afecten las decisiones, actos y palabras de ese ser que tanto ama.
Porque se tienen tantas carencias afectivas que se cree que al llegar la media naranja, ésta las va a suplir; cuando la verdad es que cada uno tiene la responsabilidad de llenar su vida de amor. Si nos convenciéramos de que nuestro papel es hacer feliz a nuestra pareja, que ha puesto su vida en nuestras manos…..olvidándonos y renunciando a nosotros mismos….cuántas desavenencias nos ahorraríamos!
Porque los seres humanos estamos convencidos que es normal que con los años las relaciones de pareja se deterioren, cuando es todo lo contrario. Con el tiempo, si se toman sabias acciones, el amor crece y al hacer el amor, éste se hace con más conciencia y plenitud.
Porque se daña la comunicación y cada vez que se expresa algo, es para ofender y hacer sentir culpable al otro.
La infidelidad es una de las mayores quejas entre hombres y mujeres; cuando se llega a este punto es porque la comunicación se dañó hace muuuuuuucho rato.
Porque las parejas se vuelven irrespetuosas con las palabras y con los actos.
Porque las parejas se vuelven tan posesivas que retiran las amistades y hasta familiares del otro para absorber de manera dañina.
Porque la pareja se convierte en una proveedora de bienes y servicios ante un techo y unos hijos, y dejan en un segundo plano lo verdaderamente importante: el amor que los unió.
Porque las parejas pierden sensualidad, al descubrir sus cuerpos desnudos en la cotidianidad, al hacer actos ordinarios y de mala educación, al dejar de coquetear como se hacía en el noviazgo.
Porque la mujer comienza a sentir apatía para hacer el amor, y el hombre se siente rechazado y ninguno de los dos habla sobre el tema. En algunas ocasiones la mujer comienza a sentir esta apatía porque físicamente está inconforme con su cuerpo y no es capaz de expresárselo al hombre, o porque éste la incentiva tan poquito y cuando él quiere la acción a ella la toma por sorpresa, haciéndola sentir como un objeto.
Porque se da rienda suelta a la cólera y se dicen palabras que hieren, dejando una huella imborrable en el corazón del otro.
Porque la pareja asume que los problemas son síntomas de que la relación va mal, cuando las desavenencias son las mejores oportunidades para saber que se puede mejorar y volver la relación más fuerte.
Porque las parejas no expresan lo que les molesta y esperan que se llene la taza para reventar, ocasionando a veces hasta daños irreparables, como violencia verbal y hasta física.
Porque la pareja le invierte dinero a una casa, un carro, ropa…pero rara vez invierte dinero en talleres de superación personal, talleres de pareja o visitar a un terapeuta. Porque se creen capaces de arreglar el problema solos. Es tiempo de recuperar el amor en la pareja, con detalles, con actos de honestidad, de respeto, solidaridad, comprensión y apoyo…y buscando la ayuda que sea necesaria.
Porque las parejas se duermen en la pasividad, buscando afuera, cuando deben solucionar el problema adentro ya que las relaciones se construyen con el diálogo, el respeto y la constancia.
Muchas parejas rompen su relación, cuando los problemas que tenían solamente eran de forma; y buscan nuevas parejas, para descubrir que la primera era mucho mejor. Por eso hay que intentar revivir el amor, el respeto y la confianza, antes que terminar en una separación.
Porque la mujer se descuida en su apariencia física creyendo que ya pescó a su hombre y que no necesita conquistarlo más, que así la acepta. Porque el hombre también se descuida en su apariencia física y presume que ella lo adora aún con esos kilos de más. Conquistar es fácil, lo difícil es conservar la conquista. Ahí está el verdadero mérito.
Llegar a la vejez con una buena pareja no es cuestión de suerte, es cuestión de elegir a alguien con quien nos agrade conversar, ser más observadores en las reacciones del otro y ponerle un poco de razón y otro poco de corazón a la etapa del enamoramiento, para cuando ésta termine, quede el verdadero amor.