En contra de lo que mucha gente piensa, el semen no sólo no engorda, sino que es la sustancia con mayor proporción de calorías negativas: ¡puede hacerte adelgazar hasta tres gramos por mililitro!
Si tenemos en cuenta que un hombre normal eyacula entre 1′5 y 5 mililitros de esperma cuando tiene el orgasmo, cada besito puede hacer que adelgaces entre 4′5 y 15 gramos. ¡Para algo tenía que servir…! Y además, sus hormonas te harán ganar volumen a largo plazo en lugares interesantes como los pechos, nalgas o labios. (Eso sí, en comparación, un perro produce de 6 a 30 mililitros, un caballo de 50 a 75 y un cerdo, hasta 250.)
Nutriólogos e investigadores han determinado que el sabor del semen depende en mayor medida de la dieta que sigamos.
El semen al igual que otras secreciones corporales cambia su sabor según la dieta que sigamos.
“Durante la lactancia, los espárragos dan mal sabor a la leche materna y las almendras lo mejoran”comenta la sexóloga Francisca Molero.
Una alimentación alta en proteínas da como resultado un semen con sabor similar a la mantequilla,
una basada en lácteos da como resultado un sabor ácido, pero agradable.
Los amantes de los dulces, frutas y alcoholes fermentados tienen buenas noticias, porque sus ingredientes altos en azúcares una vez asimilados en el organismo, generan reacciones químicas que se traducen en el sabor mejor aceptado por las mujeres.
Además el semen es bueno para la piel: “El semen tiene hormonas sobretodo testosterona y a nivel de la mucosa como es la vaginal actúa mejorando su elasticidad y previniendo la sequedad vaginal. Su efecto es mayor durante la menopausia” afirma Molero.