Antes de que lleguen los primeros olvidos, los despistes o los cambios de carácter, tener problemas de sueño podría ser un indicador de la existencia de un Alzheimer incipiente. Así lo sugiere un estudio publicado esta semana en la revista 'JAMA Neurology'. "Nuestros hallazgos apoyan la hipótesis de que las anomalías en el sueño se asocian con la presencia de depósitos amiloides en estadíos preclínicos de la enfermedad", resumen los autores del trabajo, liderados por David M. Holtzman, del departamento de Neurología de la Universidad de Washington (EEUU).
La investigación confirma los resultados de trabajos que el mismo equipo había llevado a cabo anteriormente con animales, aunque sus conclusiones tampoco pueden darse por definitivas. "Nuestros datos suponen un impulso para futuros estudios", señalan los investigadores, que ya han iniciado los pasos necesarios para continuar con las indagaciones. Más detalles