Los cólicos biliares, por la presencia de piedras en la vesícula biliar, es una de las afecciones más comunes en la población.
Analizaremos a continuación el proceso de la formación de los cálculos o piedras de la vesícula, quiénes son más propensos, y los síntomas antes y durante el cólico biliar, los diagnósticos y tratamientos con medicina convencional y natural.
Se conoce la expresión Litiasis biliar como la formación de cálculos (piedras) en el interior de la vesícula biliar o en los conductos biliares que conducen hacia la primera porción del intestino (duodeno).
El número de cálculos o piedras es muy variable de persona a persona. Por lo general suele haber uno cuando está situado en las vías biliares, mientras que en el interior de la vesícula puede haber muchos más. A veces se ha encontrado un solo cálculo o piedra biliar dentro de la vesícula de tamaño considerable, sin embargo, la mayoría de las veces lo que se forman son numerosos cálculos que se pueden contar hasta por centenares, evidentemente de tamaño mucho más reducidos. Este tamaño puede ir desde simple arenilla o lodo biliar a varios centímetros.
Formación de las piedras en la vesícula biliar
Estos cálculos o piedras se forman por precipitación del colesterol o de los pigmentos biliares (bilirrubina en forma de bilirrubinato de calcio) de la bilis en la que se encuentran disueltos. Además existen cálculos mixtos de colesterina y de bilirrubinato de calcio a la vez.
Las causas de esta formación se deben a varios factores patogenéticos, como son:
- La retención de la bilis en la vesícula biliar.
- El aumento de contenido de colesterol en la sangre, y por lo tanto en la bilis.
- Las modificaciones químico-físicas que sufre el líquido biliar
- La colecistitis, inflamación de la vesícula biliar.
- La obesidad parece ser un factor de riesgo importante para la formación de piedras en la vesícula, sobrr todo en mujeres. Estudios clínicos así lo demuestran. La razón más probable es que la obesidad tienen a reducir la cantidad de sales biliares en la bilis, resultando en más colesterol.
- Medicamentos que reducen el colesterol: Los medicamentos que bajan los niveles de colesterol en la sangre aumentan la cantidad de colesterol segregado en la bilis.
- Un aumento del nivel de triglicéridos.
- Estrógenos: El exceso de estrógenos en el embarazo, por un tratamiento hormonal sustitutorio o por tomar píldoras anticonceptivas parece aumentar la cantidad de colesterol en la bilis y disminuir los movimientos de la vesícula biliar, lo cual puede llevar a la formación de piedras.
- Factores genéticos.
¿Quiénes son más propensos a padecer de piedras o cálculos en la vesícula?
Parece ser que las mujeres, sobre todo después de los 30 años de edad son las más propensas a padecer esta enfermedad.
Estos casos aumentarían el contenido de colesterol en la sangre, y durante los últimos meses del embarazo este provocaría la compresión de los conductos biliares con la consiguiente retención de la bilis.
Además parece que hay cierto factor hereditario que influye en la presencia de cálculos o piedras en la vesícula; no tanto por una herencia directa de la enfermedad, sino como una diátesis o constitución calculosa, que con las demás causas predisponentes facilitaría la formación de cálculo biliar, renal o de otros órganos.
Por supuesto, una dieta rica en abundante grasas saturadas también predispone a la presencia de estos cálculos.
Síntomas cuando no hay cólico biliar
Cuando el enfermo no sufre de cólico biliar, presenta trastornos digestivos que no son característicos, pues también se observan en otras afecciones como en afecciones gástricas o duodenales, o hasta se pueden confundir con síntomas deapendicitis. Por lo general, estos síntomas o trastornos se presentan en la forma de eructos o gases, náuseas, vómitos, falta de apetito, dolores poco intenso en la zona hepática o del estómago, que suelen presentarse después de las comidas y que, a veces también irradian hacia el hombro derecho.
Si estos síntomas irradian hacia abajo se puede interpretar como origen un estado de inflamación del apéndice.
Además de estos síntomas, el médico puede obtener, mediante la exploración clínica otros indicios que le orienten hacia el diagnóstico de una enfermedad biliar. Estos otros síntomas pueden ser:
- Ligero engrosamiento del hígado en la palpación o por ecografías.
- Reagudización más o menos intensa del dolor cuando se palpa el punto colecístico (que corresponde en la profundidad a la localización de la vesícula).
- Presencia en la orina de ligeros indicios de pigmentos biliares que demuestran la existencia de una ligera insuficiencia hepática.
- Ligera coloración amarillenta de la piel y de la esclerótica de los ojos (ictericia ligera o subictericia), etc.
Síntomas del cólico biliar
El cólico biliar se presenta cuando un cálculo se desplaza desde la vesícula al conducto cístico y de éste al conducto colédoco. En estos casos puede producirse un bloqueo del conducto cuando el diámetro del mismo es menor que el diámetro del cálculo. Entonces se origina una distensión de las paredes y una oclusión de la luz de las vías biliares.
Un cólico se puede originar por un trauma sobre la región hepática, por esfuerzos físicos excesivos, por algún movimiento brusco y vivo como un salto, por errores o abusos en la alimentación, por la menstruación, por los esfuerzos antes del parto y hasta por una simple emoción (cólera, por ejemplo).
El comienza del cólico biliar puede ser brusco e imprevisto en algunas ocasiones, mientras que en otras va precedido de síntomas premonitorios (vómitos, eructos, dolor en la región del hígado, vaga sensación de malestar, etc.).
Parece ser que las horas nocturnas y la madrugada constituyen el período de tiempo en que con más facilidad se presente elcólico biliar.
Síntomas de cólico biliar: El dolor durante el cólico biliar
Una vez que se presenta el cólico biliar, el dolor provocado por la distensión forzada que se origina en el conducto excretor al pasar el cálculo o piedra y obstruirse dicho conducto, es un dolor terrible, vivo, lancinante. Este dolor se repite en forma de paroximos violentos originados al moverse ligeramente o con el simple roce de las sábanas.
El origen y máxima intensidad del dolor está localizado en el punto colecístico, que corresponde en la profundidad a la localización de la vesícula. Durante el cólico biliar la cara refleja el tremendo sufrimiento que se está pasando. El pulso puede ser débil y frecuente, la respiración superficial, las manos y los pies están fríos, el vientre tenso y dolorido a la más mínima presión.
El dolor puede irradiarse hacia atrás (hacia el ángulo inferior de la escápula derecha). El dolor también puede irradiar hacia la izquierda, es decir hacia la zona del estómago o bazo. Sin embargo, las más frecuentes son hacia arriba (hombro derecho). Por lo general, es raro que el dolor irradie hacia abajo, es decir hacia el apéndice; si así fuera se podría confundir con una apendicitis.
Ante este estado la persona que sufre el cólico biliar suele adquirir una posición “antidolor”, esta es la flexión anterior del tronco y de las extremidades inferiores al objeto de obtener la máxima relajación de los músculos de las paredes abdominales situados encima de la vesícula dolorosa.
Síntomas de cólico biliar: La duración del cólico biliar
Esta puede ser muy variable; desde unas horas (de cinco a diez como promedio) hasta días, durante los cuales se presentan los paroxismos dolorosos.
El cólico desaparece cuando el cálculo o la piedra atraviesa las vías biliares y llega al duodeno. En este caso el cólico desaparece bruscamente.
Sin embargo, puede que haya ocasiones en las que el cólico no llegue a su final, es decir, no se produzca la expulsión del cálculo hacia el intestino. La piedra puede enclavarse en un punto del recorrido que debe efectuar para llegar al duodeno. En estos casos el cólico puede cesar, pero se origina un obstáculo más o menos completo para la salida de la bilis hacia el intestino. Entonces surge el cuadro de la ictericia al verterse en la sangre la bilis, que no logra alcanzar el intestino. La esclerótica ocular empieza a adquirir una coloración amarillenta, y la piel también, acentuándose más este color a medida que la cantidad de bilis en sangre es mayor. Ni que decir tiene que en estos casos se hace necesario el acudir a un profesional médico de inmediato para evitar esta situación.