TRASTORNO COORDINACION MOTORA


Los niños con trastornos de la coordinación se han estudiado desde distintas perspectivas y han recibido distintas denominaciones, como “torpeza motora”, dificultades del movimiento, o dispraxia.  Actualmente el término más aceptado es el de “trastorno del desarrollo de la coordinación”. Ha habido dos reuniones de consenso que han aportado  mejores definiciones. 

El TDCM se define como un compromiso significativo en el desempeño de habilidades motoras. Este compromiso tiene un impacto negativo significativo en las actividades de la vida diaria – como vestuario o alimentación – y/o en el ámbito académico por ejemplo debido a una mala caligrafía. Los aspectos fundamentales de este trastorno incluyen dificultades con las habilidades motoras gruesas y/o finas,  que se evidencian en el desplazamiento, agilidad, destreza manual, habilidades más complejas (juego de pelota) o equilibrio. El trastorno no se debe a una enfermedad médica (Ej., parálisis cerebral o distrofia muscular) y no cumple los criterios de trastorno generalizado del desarrollo. Si hay retraso mental, las deficiencias motoras exceden de las asociadas habitualmente a él.


El Trastorno del Desarrollo de Coordinación Motora (TDCM)  se considera un cuadro con características propias,  aunque frecuentemente  co ocurre  con otros trastornos del desarrollo como Déficit de Atención (TDAH), espectro autista, Sindrome de Tourette o dislexia del desarrollo.(Revisado en 
Had a
El TDCM es muy frecuente en niños con TDAH­. Un estudio reciente  mostró una incidencia del 55% en TDAH, mas frecuente en la forma inatenta y con alta asociación a trastorno aprendizaje  o lenguaje. ([2])   
Se ha reportado una prevalencia de  5 a 6 %, con una relación hombre: mujer de 3:1  y una incidencia de 12,5% en niños con antecedentes de prematuridad.([3])


En los niños pequeños se puede observar  torpeza en sus  movimientos, retraso en la adquisición de hitos motores como la marcha o el gateo, y posteriormente en dificultades para abrochar botones o con los cordones de sus zapatos. Los niños mayores pueden tener dificultades en actividades de modelaje, deportes,  dibujo y la escritura y en la  ejecución de instrumentos musicales.


Los problemas demostrado por los niños con este trastorno la coordinación pueden deberse a trastornos  en la planificación (organización, secuenciación)  del movimiento o específicamente en el control motor aunque es probable que ambos  mecanismos coexistan. La presencia de un trastorno por déficit de atención agrava el problema debido a la disfunción ejecutiva característica de este cuadro.
           
El diagnóstico se basa en la recopilación de antecedentes del desarrollo y desempeño escolar y en la aplicación de escalas de habilidades motoras como la “Escala de Evaluación Neuromotora de Gillberg.” (TABLA  Adaptada de ref 


La evaluación neurológica minuciosa es fundamental ya que en el diagnóstico diferencial se incluyen niños con parálisis cerebral leve, enfermedades neuromusculares, trastorno miotónico o del tejido conectivo como el síndrome de Ehlers–Danlos, ataxias y enfermedades extrapiramidales.


TRATAMIENTO
El manejo adecuado requiere una evaluación cuidadosa de los déficits asociados, para diseñar intervenciones eficaces y las adecuaciones necesarias del currículo pedagógico. La interacción con los pares,  autoestima baja y el bajo rendimiento académico  requieren intervenciones  individualizadas dentro del plan general de tratamiento. 


Los problemas motores persisten al menos durante la adolescencia y afectan la  salud física, mental y el ámbito educacional, generando problemas académicos, pobre competencia social, problemas de comportamiento y baja autoestima.