El dolor torácico por lo común es el resultado de trastornos que afectan las vísceras torácicas o abdominales, entre las que destacan el corazón, los pulmones, el esófago y el estómago, así como también la vesícula biliar y el páncreas.
Es un síntoma inespecífico común, aunque también un indicador significativo de diversos trastornos, que pueden poner en peligro la vida de quien los sufre y que puede ser causado por enfermedades cardiovasculares, pulmonares y gastrointestinales agudas, así como también por padecimientos musculoesqueléticos, irritación de raíces nerviosas cervicales o torácicas y estados de ansiedad, estrés e incluso secundario al uso de algunos medicamentos.
En un principio puede ser difícil identificar la causa del dolor torácico. El mismo puede presentarse repentina o gradualmente e incluso no percibirse como dolor, sino como una "molestia", que puede irradiarse a miembros superiores, cuello, maxilar o espalda y ser constante o intermitente, con intensidad leve o fuerte.
Además, puede variar en cuanto a otras de sus características, desde una sensación punzante y aguda, hasta una opresiva y difusa, pasando por síntomas de plenitud o incluso de indigestión.
Por otra parte es muy importante precisar si es producido o exacerbado por movimientos, la actividad física, la respiración profunda, la ingestión de ciertos alimentos (granos o grasas), la ansidad o el estrés, así como la presencia de otros signos y síntomas del paciente, tales como dificultad para respirar, sudoración profusa, taquicardia, tos, fiebre, náuseas y vómitos, entre los más importantes, ya que esto dará una orientación diagnóstica.
Es de gran valor tomar en cuenta la historia clínica del paciente, en cuanto a enfermedades cardiovasculares, pulmonares, digestivas, etc., así como la presencia de otros antecedentes tales como traumatismos torácicos, esfuerzos físicos, medicamentos que toma, especialmente si ha habido cambios recientes en el tratamiento.
Al evaluar los signos vitales del paciente, debe prestarse especial atención a la presencia de taquicardia, hipotensión (tensión baja), hipertensión arterial(tensión alta) o fiebre, así como otros hallazgos más específicos (frémitos, soplos, crepitantes, ritmo de galope, etc.) que SÓLO SU MÉDICO puede encontrarlos con el examen clínico.
Entre las causas de dolor torácico merece destacar:
- Angina de Pecho: El paciente suele experimentar una sensación de opresión en el tórax que se describe como dolor, presión, "estrujamiento" o "gas", usualmente en la región retroesternal (detrás del esternón, el hueso plano que está en todo el centro del pecho), sobre un área del tamaño de la palma de la mano o mayor y que puede irradiarse al cuello, maxilar inferior y brazos (clásicamente a la cara interna del brazo izquierdo).
- Infarto miocárdico: Casi todos los infartos ocurren durante el reposo y con más frecuencia, temprano en la mañana. Se caracteriza por ser un dolor retroesternal de gran intensidad que NO se alivia con el reposo o la administración de nitratos debajo de la lengua, con una duración de más de 30 minutos y que suele irradiarse al cuello, maxilar inferior y a la cara interna del brazo izquierdo. Con frecuencia no existe un factor precipitante aparente y el paciente presenta palidez, sudoración profusa, disnea, palpitaciones, náuseas, vómitos, inquietud y sensación de muerte inminente. En una mínoría de los casos no hay dolor o es mínimo y está oculto por las complicaciones inmediatas. Hasta un 25% de los infartos pueden descubrirse en el electrocardiograma sin que haya habido algún episodio que pueda recordarse.
Es provocada por ejercicio físico, estrés emocional, ingestión excesiva de alimentos o una combinación de ellos y mejora con el reposo, aunque muchos episodios pueden no seguir este patrón; por lo general dura entre 2 y 20 minutos y puede estar acompañado por disnea (dificultad para respirar), taquicardia, palpitaciones, náuseas, vómitos, mareos o eruptos.
- Neumotórax: Puede causar dolor torácico agudo y súbito de gran intensidad, con frecuencia unilateral y pocas veces localizado, además de aumentar con los movimientos torácicos. En el caso de localizarse centralmente, puede semejar al dolor del infarto. Una vez que aparece el dolor, empeoran cada vez más la disnea y la cianosis (coloración azul de la piel y las mucosas). Frecuentemente se presenta tos seca, taquicardia,taquipnea, inquietud, así como expansión torácica asimétrica. Al examen clínico, es característica la ausencia de ruidos respiratorios en el lado afectado.
- Tromboembolísmo pulmonar: En forma característica el paciente experimenta disnea súbita con dolor torácico intenso, que se exacerba con la respiración profunda y los movimientos del tórax. Entre otros hallazgos, el paciente puede presentar taquicardia, taquipnea, tos que puede ser seca o con esputo sanguinolento, cianosis, sudoración profusa, inquietud y trastornos de la conciencia.
Otras causas de dolor torácico, en orden alfabético, son: abscesos pulmonares, aneurisma disecante de la aorta, ansiedad, asma, bronquitis, cáncer pulmonar, colecistitis, costocondritis, crisis drepanocíticas, distensión muscular, enfermedad de los legionarios, espasmo esofágico, fractura costal, hernia hiatal, herpes zóster, hipertensión pulmonar, mediastinitis, neumonía, pancreatitis, pericarditis, pleuritis, tuberculosis pulmonar, úlcera péptica e incluso el "sindrome de restaurantes chinos", causado por la ingestión excesiva de glutamato monosódico, un aditivo de uso común en este tipo de comida.
El dolor torácico súbito e intenso requiere evaluación y tratamiento inmediato, ya que puede anunciar un trastorno de posibles consecuencias motales!. Si este es el caso, NO PIERDA TIEMPO y traslade de inmediato al paciente al centro de asistencia más cercano!
El 20% de los pacientes con infarto agudo miocárdico mueren antes de llegar al hospital; estas muertes suelen suceder en la primera hora de iniciarse el infarto y se deben fundamentalmente a una arritmia denominada fibrilación ventricular.