Infección nosocomial o intrahospitalarias


Una infección contraída en el hospital por un paciente internado por una razón distinta de esa infección. Una infección que se presenta en un paciente internado en un hospital o en otro establecimiento de atención de salud en quien la infección no se había manifestado ni estaba en período de incubación en el momento del internado. Comprende las infecciones contraídas en el hospital, pero manifiestas después del alta hospitalaria y también las infecciones ocupacionales del personal del establecimiento.En cuanto a los neonatos (recién nacidos), se define como infección nosocomial cuando nace un niño, y aparece infectado 48-72 h más tarde, de una madre no infectada al ingreso.

En la noticia aparecida en la prensa esta semana y en la noticia que recogemadrid+d se habla del fallecimiento de unos bebés prematuros, ingresados en incubadoras de una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales. Eran lo que se denomina de gran prematuridad, nacieron alrededor de la semana 28 de gestación con menos de 1.500 gramos de peso. Lo más habitual es que un bebé nazca en la semana 40, aunque se considera saludable si lo hace entre la 38 y la 42.
En el siglo XX los adelantos de la ciencia, la medicina y la asistencia hospitalaria, favorecen la supervivencia de los recién nacidos pretérmino (nacidos antes de tiempo), con un sistema inmune sin desarrollar que, al salir de un medio aséptico como es el útero, se enfrentan a todo tipo de exposiciones ambientales favoreciéndose un incremento de las infecciones hospitalarias.
Estas infecciones hospitalarias son normales y frecuentes en hospitales de todo el mundo debido al propio ambiente  hospitalario en donde todo tipo de microorganismos se introducen, no solo con los pacientes, también con las visitas,  y encuentran un medio favorable para su desarrollo. Las Unidades de Cuidados Intensivos de bebés y más si son prematuros, pacientes inmunodeprimidos, Unidades de Cuidados Intensivos, salas de postoperatorio de cirugía y zonas de ingreso de ancianos son el lugar preferido, por las características de este tipo de pacientes que apenas tienen defensas naturales, para que proliferen a sus anchas los microorganismos.
La lucha contra este tipo de infecciones se traduce en un aumento de las resistencias a los antibióticos, utilizando fármacos de nueva generación y cada vez de más amplio espectro. Las bacterias y otros microorganismos se adaptan e intentan sobrevivir. Se trata de una lucha continua que no es posible solventar, sino ir sorteándolo con nuevos agentes en la lucha contra los microorganismos, es el reflejo de la guerra armamentística en los hospitales de todo el mundo. Resistencia antimicrobiana, nuevo antibiótico y así una y otra vez………….Soy muy repetitiva, pero así son los hechos, lo milagroso, lo que ocurre cada día, lo que no es noticia por habitual, es que los pacientes son curados, dados de alta y devueltos a sus casas y a sus familias gracias a todos los adelantos de los que disponemos y gracias al trabajo de los profesionales sanitarios, y solo una pequeña proporción de casos, desgraciadamente, fallece. ¡Eso sí es noticia!
Disculpad mi disgresión, pero las noticias sesgadas no me gustan.
Sigamos con  la parte científica: La colonización del recién nacido en estas unidades tiene un patrón diferente al del niño normal como resultado del escaso contacto materno que impide que la inmunidad materna sea transmitida al bebé, la alimentación demorada, el tratamiento antibiótico y la exposición a diferentes factores ambientales. La interacción entre los factores de riesgo del paciente y los relativos al ambiente hospitalario es especialmente compleja en el neonato.           En la década de los años 50 el agente predominante en las infecciones era el S. aureus, surgieron luego los gram negativos como patógenos frecuentes causantes de infecciones neonatales. El uso de antibióticos seleccionó cepas resistentes apareciendo infecciones ocasionadas por virus, bacterias multirresistentes y hongos.    
Estamos hablando de niños prematuros y con organismos inmaduros y débiles ante infecciones como la causada por la Klebsiella pneumoniae. Esta bacteria es una de las denominadas oportunistas, microorganismos relativamente comunes y que no suelen producir patología en personas sanas con sistemas inmunitarios eficientes. Si colonizan personas debilitadas, en cambio, suelen causar infecciones generalizadas que, la mayoría de las veces, suelen ser mortales.
Klebsiella pneumoniae es la especie de mayor relevancia clínica dentro del género bacteriano Klebsiella, compuesto por bacterias gramnegativas de la familia Enterobacteriaceae, que desempeñan un importante papel como causa de las enfermedades infecciosas oportunistas. Es el agente causal de infecciones del tracto urinario, neumonías, sepsis, infecciones de tejidos blandos, infecciones nosocomiales en pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos y sepsis neonatal. Causa alrededor del 1% de las neumonías bacterianas, en ocasiones provoca infección del aparato urinario y bacteriemia a partir de lesiones focales en pacientes debilitados que puede terminar con la vida del paciente.

Es curioso que no se valore la cantidad de niños muy prematuros que cada día salen adelante en los centros sanitarios de España y de la mayor parte del mundo.

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